Industria Argentina 4.0: hacia la transformación productiva

Un documento de CIPPEC, INTAL-BID y la UIA revela que, mientras la mitad de las empresas industriales todavía no ha comenzado la escalada tecnológica, casi una décima parte del entramado industrial es considerado tecnológicamente avanzado y un 45% cuenta con una implementación incipiente de las tecnologías 4.0.

18/06/2019

Según una encuesta llevada a cabo por CIPPEC, INTAL-BID y UIA, el profundo entramado industrial argentino presenta un  uso incipiente de las tecnologías 4.0 : el 10% de las empresas cuenta con estas tecnologías y casi 50% no han tomado medidas para adoptar los beneficios de la Cuarta Revolución Industrial. Paralelamente, en lo que respecta a la cuestión laboral, entre el 10% y 15% de las empresas viene demandando trabajadores con habilidades tecnológicas.

“Travesía 4.0: Hacia la transformación industrial argentina” es un trabajo impulsado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la Unión Industrial Argentina (UIA) para conocer el estado de la innovación tecnológica en la industria argentina. Para esto se encuestaron, entre junio y septiembre de 2018, a 307 empresas con más de diez empleados de los siguientes seis sectores de la industria manufacturera: alimentos procesados, siderurgia y metalmecánica, vehículos livianos y piezas y accesorios, textil, maquinaria agrícola y biofarma.  La cobertura geográfica incluyó Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán y Mendoza. Los autores del documento final son Ramiro Albrieu, Ana Inés Basco, Caterina Brest López, Belisario de Azevedo, Fernando Peirano, Martín Rapetti y Gabriel Vienni.

“El gran desafío de la industria manufacturera argentina es cómo escalar hacia la cima tecnológica. Para alcanzar el objetivo, es indispensable diseñar estrategias público-privadas que avancen sobre cuestiones como: infraestructura digital, financiamiento y formación de recursos humanos.” enfatiza el Director de Departamentos Técnicos de UIA, Gabriel Vienni.

Tres grupos. El ecosistema empresarial argentino tiene forma de montaña.  Lideran el proceso un 6% de las empresas, que son tecnológicamente avanzadas —“cóndores”— y se ubican en la cima de la montaña. Suelen ser empresas medianas y grandes, exportadoras y que invierten en su desarrollo tecnológico, sobre todo al contratar servicios de tecnologías digitales. Su principal traba para la adopción de nuevas tecnologías es la falta de una infraestructura digital adecuada, más que la falta de financiamiento. Además, los “cóndores” demandan más personal con habilidades blandas y de interacción entre personas y computadoras y con conocimiento de tecnologías 4.0. La mayoría de estas empresas aumentaron su dotación de personal como consecuencia de la automatización.

A mitad de camino hacia la cumbre tecnológica se encuentran las empresas de desarrollo tecnológico intermedio, pero comprometidas con el achicamiento de las brechas tecnológicas: los “alpinistas”. En su mayoría, son pymes no exportadoras pero que invierten en mano de obra que maneja las nuevas tecnologías. Para la adopción de nuevas tecnologías, son las que más padecen la falta de financiamiento, pero también sufren la ausencia de recursos humanos adecuados. Casi la mitad de ellas prevé que la automatización derive en menos personal en los próximos cinco años, especialmente en tareas repetitivas.

En la base de la montaña, hay empresas tecnológicamente menos avanzadas e inactivas —los “trekkers”—que representan alrededor de la mitad de las empresas industriales. En su mayoría, son micro y pequeñas empresas no exportadoras y que cuentan con menores niveles de inversión, sobre todo en desarrollo tecnológico. Estas empresas tienen problemas de financiamiento y obstáculos internos para adoptar nuevas tecnologías, como el desconocimiento y la cultura de la empresa. No prevén hacer grandes cambios tecnológicos y creen que la automatización no impactará fuerte en su dotación de personal de los próximos cinco años.

“Los resultados de nuestro trabajo sugieren que, a pesar de las disparidades observadas entre estos tres grupos, la industria argentina es consciente de la magnitud de los desafíos y de que para aprovechar los beneficios de la transformación tecnológica, se deberá hacer un esfuerzo para acelerar el ritmo de cambio tecnológico y lograr un proceso inclusivo de transformación”, destaca Ana Inés Basco, del INTAL-BID.

El informe se presentó esta mañana en el salón Petiribí de la UIA. La apertura del evento estuvo a cargo de Diego Coatz (Director Ejecutivo UIA), Pablo García, (Director INTAL),  Martín Rapetti (CIPPEC) y Fernando Grasso (Secretario de Industria). Posteriormente, Caterina Brest López, Fernando Peirano (UNQUI – UIA) y Belisario De Acevedo (BID/INTAL) abordaron diferentes aspectos del trabajo y  Gabriel Vienni (Director de Departamentos Técnicos UIA) moderó la participación de los asistentes en una ronda de preguntas sobre el documento. El cierre estuvo a cargo de Miguel Ángel Rodríguez (Vicepresidente PyMI UIA).Recomendaciones. Las políticas públicas para superar el atraso tecnológico y lograr un proceso inclusivo de transformación, con creación de empleo, deben partir de tres principios:

  1. La transformación tecnológica puede y debe ser inclusiva, con creación de empleo. Para eso, hay que impulsar modelos de negocios basados en la innovación y la I+D, la ampliación de mercados y la analítica de datos; y formar a los trabajadores. Políticas que promuevan tanto la adopción como la creación de tecnología, serán la clave para hacer de este un proceso virtuoso que redunde en más y mejores puestos de trabajo.

  2. Deben estimularse la adopción de nuevas tecnologías  con el financiamiento y los incentivos necesarios para que el proceso se acelere, evitando ampliar las brechas existentes.

  3. Las políticas públicas deben ser segmentadas. Cada grupo de empresas necesita estímulos diferentes, según su condición tecnológica inicial y sus planes de inversión.

 

“El Estado argentino tiene un enorme desafío por delante. Pero la condición de país de desarrollo intermedio, de una estructura semiindustrializada, hace que la recompensa de completar la travesía hacia la cima tecnológica sea de las más grandes”, concluye Martín Rapetti, director del programa de Desarrollo Económico de CIPPEC y coautor del documento.

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