El presidente de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren, disertó ante en la 101ª Conferencia Internacional del Trabajo. Adjuntamos el discurso pronunciado en el día de la fecha:
Señoras y Señores:
En mi carácter de Presidente de la Unión Industrial Argentina y como delegado titular a esta Conferencia, me cabe el honor de representar a mis colegas argentinos. Durante estas jornadas se dio cuenta de los avances en materia de trabajo decente, diálogo social y políticas de empleo en nuestro país.
Por ello, retornar a la OIT, un organismo de diálogo y profundo debate entre representantes del trabajo, empresarios y gobiernos, siempre es un honor que nos gratifica, tanto por la constancia como por el compromiso de la institución en todo lo que refiera al desarrollo con la producción y el empleo. De ahí la relevancia que esta institución tenga voz y presencia en el foro del G20.
Quiero destacar la labor de la OIT tanto en las esferas intelectuales y políticas como técnicas, para reposicionar al mundo de trabajo en la agenda del desarrollo, una tarea que desde nuestro país ayudamos a concretar día a día.
En este foro todos los representantes del sistema tripartito abordamos lo que respecta al universo laboral y social, encuadrándolo dentro de políticas distributivas. Porque somos conscientes que la particularidad de lo laboral trasciende la esfera del mero costo y cobra relevancia en términos de demanda interna y tamaño de mercado. Ambas caras de un mismo fenómeno que resulta clave para nosotros como empresarios y es central en términos de bienestar de la población, de su capacidad de consumo y del grado de integración social.
En esta gesta que se construye con trabajo cotidiano, deseo destacar el liderazgo de Juan Somavía. Además, quiero hacerle un reconocimiento particular por ser el primer Director General del Hemisferio Sur. El conocimiento que Juan posee de la realidad de nuestros países ha rendido sus frutos para consolidar el diálogo social, la Agenda del Trabajo Decente y la consolidación de empresas sustentables.
La elección de Guy Ryder como nuevo Director General, a quién le doy una cordial bienvenida, da cuenta de la madurez institucional de la OIT. En un mundo plagado de desafíos tripartitos a escala global, no me cabe duda que tanto la experiencia de Guy en el mundo sindical como su capacidad técnica pueden ser elementos claves a la hora de enfrentar esos retos.
Con la elección del nuevo Director General se abre una nueva instancia que coincide con este momento crítico de la situación internacional. Sabemos que la crisis iniciada en 2008 aún no ha sido doblegada, observamos cotidianamente su impacto sobre la actividad económica y productiva e, indefectiblemente, sobre el empleo y las condiciones de trabajo.
En este marco, desde los países en desarrollo nos resulta preocupante ver cómo en algunos foros multilaterales todavía priman los discursos sobre austeridad como si fueran recetas indiscutibles para superar la crisis internacional. En Argentina hemos aprendido que desempleo creciente y recesión generan un círculo vicioso que se espiraliza en menos mercado, menos producción, precarización laboral, caída de la recaudación y caos social. Sin dejar de mencionar el daño enorme que se sufre intentando pagar las deudas soberanas sin considerar las realidades posibilidades de cada país.
Es por ello que reposicionar al mundo del trabajo y del empleo en particular, como principal fuente para el sostenimiento de la demanda y de la actividad, es un desafío clave. Es imperioso garantizar que los programas y políticas para la recuperación económica contemplen el desarrollo efectivo de una economía basada en el círculo virtuoso de producción-empleo-consumo, donde las finanzas cumplan un rol de apoyo a este modelo y no se constituya como el centro al cual lo demás se subordine.
Aquí la inversión productiva y la innovación son fundamentales; en particular, con políticas innovadoras que apoyen a las PyMEs y a los jóvenes emprendedores. No sólo para sostener el crecimiento, sino también para que las mejoras de la productividad y la competitividad sistémica no sean a costa del empleo. Para nosotros, que anhelamos ser un país industrial desarrollado, esto no es posible sobre la base de salarios bajos. De ahí la responsabilidad de innovarnos para pensar políticas integrales de mediano y largo plazo.
Es por ello que consideramos particularmente relevante que la agenda de esta Conferencia haya inscripto temas tan trascendentes como:
1. El empleo de los jóvenes y el emprendedurismo juvenil, que hoy son el eje de esta Conferencia. La Unión Industrial Argentina promueve activamente la participación de jóvenes empresarios en el quehacer nacional así como en los foros internacionales, como la OIT y el G20. Tres jóvenes emprendedores de la UIA participaron activamente de este foro. Creemos fervientemente que estas actividades constituyen el pilar para la formación de los líderes futuros.
2. Otro tema central es la necesidad de contar con pisos de protección social que constituyan una red nacional capaz de proveer de ingresos y servicios básicos a quienes no tienen empleo. Pero que, además, les otorgue la educación y formación necesarias para incorporarse al mercado laboral con trabajo decente. En otras palabras, aumentar las sinergias entre la educación y el trabajo es fundamental en una sociedad donde las innovaciones y la tecnología se multiplican constantemente.
3. Y finalmente, el tema siempre vigente del respeto a los derechos fundamentales en el trabajo.
Bregamos por el respeto a la iniciativa privada pero comprendemos que el desarrollo económico requiere atender un conjunto de premisas y, por ello, la libertad de asociación, la negociación colectiva, la no discriminación y el rechazo a toda forma de trabajo forzoso o de explotación infantil.
Ante la crisis internacional, los dirigentes tenemos que comprender que hace falta un nuevo orden económico internacional, tomando como ejes el empleo decente, la producción y el equilibrio social. Hoy en el mundo hay una realidad social que va mucho más rápido que la capacidad de reacción de la dirigencia. Tenemos la obligación de actuar rápido para cambiar el estado de las cosas.
Debemos construir juntos, empresarios, trabajadores y gobiernos una nueva visión de futuro, creíble e inclusiva.
Creemos que es tiempo de extender el concepto de innovación a todas nuestras relaciones sociales, políticas y económicas. Hoy parece que el mundo está eligiendo las recetas viejas para los problemas nuevos.
Señoras y Señores miembros de esta importante Asamblea: ser innovadores significa buscar soluciones nuevas para los problemas viejos y para los desafíos nuevos.
Para ello, serán más importantes que nunca los acuerdos sociales, con la participación de los trabajadores, empresarios y gobiernos, como así un diálogo profundo que nos permita, juntos, visualizar el futuro.
La UIA está comprometida en hacer un aporte sincero y constructivo para apuntalar el diálogo y promover un genuino proceso de crecimiento con inclusión social, reinventándonos virtuosamente al ritmo de un proyecto de desarrollo.
Muchas gracias.
UNIÓN INDUSTRIAL ARGENTINA
31 de Mayo de 2012