Por María Laura Bermúdez y Julieta Gutierrez (Unidad de Vinculación Tecnológica)
A través de la convocatoria PFIP-ESPRO 2008, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y la Unión Industrial Argentina junto con productores locales, la Fundación para la Lucha contra el Picudo Algodonero y la Unión Industrial de Chaco, presentaron un proyecto de innovación tecnológica con el objetivo de optimizar la calidad de las fibras de algodón e incrementar los rendimientos gracias al desarrollo de un dispositivo nacional para el tratamiento de la plaga.
Actividades realizadas
En una primera instancia, se desarrollaron 30.000 tabletas de feromonas en el territorio nacional. Las mismas consisten en unos pequeños rectángulos de PVC en los cuales se integra el principio activo “grandlure”, (que a partir de un convenio con el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola fue importado desde Estados Unidos) y 25 mg de eugenol de fabricación nacional. Con las tabletas de feromonas nacionales y de bajo costo ya desarrolladas, se procedió a medir su efectividad comparándolas con aquellas totalmente importadas. Gracias a la ejecución del proyecto se pudo determinar la efectividad de las mismas y la capacidad a nivel regional para llevar adelante la producción. Se obtuvo así un sistema de control y monitoreo del picudo económico, altamente efectivo y de industria nacional.
En segundo lugar, se estableció un único estándar de calidad aplicado por los diferentes integrantes de la cadena algodonera, así como un sistema que garantice la determinación de los parámetros de calidad de la fibra y la utilización de dichos resultados para mejorar la comercialización de la fibra.
Además, se creó un sistema certificado de calidad que permite lograr una presentación homogénea de los fardos de fibra y se asistió de forma técnica a los productores para mejorar la calidad de la producción. Paralelamente, se creó un sistema de seguimiento de la calidad de la fibra en toda la cadena productiva mediante la aplicación de sistemas de cobertura, muestreo e identificación de los fardos. Esta opción de trazabilidad permite acceder a mercados externos que demandan algodón clasificado en base a los parámetros HVI.
Cabe destacar que durante más de 6 meses se trabajó en el territorio desarrollando numerosas pruebas junto a los productores y realizando los ajustes necesarios para garantizar el correcto funcionamiento del desarrollo. Además, fueron respetados los protocolos de calidad y buenas prácticas en manejo del cultivo, cosecha y poscosecha con dos objetivos: disminuir progresivamente la contaminación y evitar el deterioro de la calidad de fibra y semilla.
La importancia de la articulación público-privada
Este proyecto es un claro ejemplo de la importancia que reviste el estrecho vínculo entre industria nacional y las políticas públicas. De esta manera, las empresas encuentran herramientas –ofrecidas por el Estado e instituciones como la UIA– funcionales a las diferentes necesidades de crecimiento y desarrollo. Estos instrumentos, por ejemplo, son centrales para la incorporación de tecnologías e innovación en procesos, productos y servicios. En definitiva, son vectores indispensables para armonizar eficientemente crecimiento económico, desarrollo social y el cuidado del medio ambiente.
El compromiso de la UVT de la UIA es continuar intensificando el rol de catalizador de estas sinergias, porque tanto la innovación como el progreso se alcanzan en función del trabajo conjunto y articulado.
¿Qué es el Picudo?
El Picudo algodonero (Anthonomus grandis Bh.) es la plaga insectil más perjudicial de los algodonales de América. Su enorme potencial de destrucción se debe a la alta capacidad reproductiva y a las numerosas generaciones que se producen en un ciclo agrícola. Esta plaga provoca la desactivación de miles de pequeños emprendimientos regionales que impulsan la cadena textil-indumentaria, al tiempo que afecta el empleo de operarios de desmotadoras, hilanderías, fábricas de aceite y actividades auxiliares.
Para combatirla se utilizaban trampas con feromonas e insecticidas. Dichas feromonas por no contar con producción nacional y ser importadas, impactaban directamente en la estructura de costos del producto final. A diferencia de otras plagas, para combatir el picudo no existen métodos de control efectivos de bajo costo y complejidad.
Asimismo, con respecto a la calidad de la fibra requerida por la industria nacional, según FADIT - FITA existen problemas en las distintas etapas de la cadena –como problemas de contaminación y falta de identificación (que impide establecer un esquema de trazabilidad) – repercutiendo en estándares de calidad por debajo de los valores internacionales.
A raíz de esto, en el marco del proyecto titulado “Fortalecimiento de la cadena productiva de fibras de algodón en las provincias de Corrientes y Chaco” se trabajó en un desarrollo nacional que permita controlar la plaga del picudo reduciendo su incidencia, optimizar la calidad de las fibras de algodón obtenidas y en consecuencia incrementar los rendimientos reduciendo los costos de producción en las plantaciones garantizando el origen de la fibra para así mejorar la competitividad de toda la cadena.
Marcela Cobián (Responsable UIA de la ejecución del proyecto “Fortalecimiento de la
cadena productiva de fibras de algodón en las provincias de Corrientes y Chaco”)